Vigilar la profundidad del neumático
Martes, 11 de noviembre de 2025
Miércoles, 13 de septiembre de 2017
Las cubiertas de los más de 3 millones de automóviles particulares dedicados diariamente al transporte escolar se enfrentan, según Grupo Andrés, a dos peligros, claves para la seguridad de sus pasajeros: la presión de inflado, que suele estar muy por debajo del valor correcto, y los impactos contra los bordillos, inevitables cuando se busca estacionamiento para la subida o bajada de los estudiantes con menor edad.
La inmensa mayoría de esos 1.050 millones de desplazamientos en coche particular previstos para el curso 2017-2018 se realizará a bordo de turismos con más de doce años de antigüedad, que suelen ser los segundos coches de la familia y reciben pocos cuidados. Esa falta de atención es especialmente grave en las cubiertas, ya que los conductores no perciben la peligrosidad de un pinchazo, un reventón o un deslizamiento incontrolado en frenada cuando los trayectos son cortos.
Grupo Andrés lanza tres recomendaciones a los padres en este comienzo del curso escolar:
• Revisar la presión de los neumáticos antes de iniciar los desplazamientos. Recuerden ajustar el valor de acuerdo con las indicaciones del fabricante del coche, con las cubiertas en frío, para no enmascarar el valor correcto.
• Control exhaustivo de cualquier bulto o irregularidad en los flancos de las cubiertas. Son signos inequívocos de daños en la estructura del neumático por los golpes contra bordillos y baches.
• Examen de la profundidad del dibujo de la banda de rodadura. La ley exige un mínimo de 1,6 milímetros, pero dicho valor se queda corto cuando el suelo está mojado, alargando la distancia de las frenadas peligrosamente. Hay neumáticos, como los General Tire, que poseen un indicador especial para avisar cuando la profundidad no es óptima para la evacuación de agua.
El curso escolar 2017-2018 ya está aquí, con casi 8 millones de estudiantes de menos de 14 años listos para cubrir 175 jornadas lectivas, de promedio. Los automovilistas españoles van a realizar, cada día, más de 6 millones de desplazamientos a los colegios con sus hijos sentados a bordo de sus vehículos.
El riesgo de sufrir algún problema por culpa de neumáticos en mal estado se ha disparado en los últimos tiempos, cuando la edad media del parque automovilístico español supera los 12 años de vida. "Las familias destinan, por lo general, el automóvil más veterano al transporte colegial. Sus neumáticos suelen estar poco cuidados, son los que han recibido más bordillazos, disminuyendo drásticamente su seguridad de marcha", comentó el director general de Grupo Andrés, Eduardo Salazar.
Los choques de los neumáticos con los bordillos, habituales en las maniobras rápidas de estacionamiento a la puerta del colegio, están detrás de los temblores de dirección y de los reventones de cubiertas que castigan a los coches utilizados para el transporte escolar de niños y niñas.
"Las recomendaciones habituales en la vuelta al colegio para el curso 2017-2018 pasan por controlar las presiones de inflado de las cubiertas y la profundidad de los canales de drenaje de la banda de rodadura", añadió Eduardo Salazar. "Tampoco debe olvidarse el examen detallado a los flancos. Cualquier bulto o desgarro anuncia un problema serio con la estructura básica de la cubierta. La única solución a ese problema pasa por cambiar los dos neumáticos del mismo eje. Nuestro hijos serán los primeros beneficiados", señaló.
La experiencia acumulada por Grupo Andrés al distribuir anualmente más de 2,2 millones de neumáticos de todas las marcas de prestigio es concluyente. "Los impactos contra los bordillos son suficientes para poner en peligro la integridad física de los colegiales y de la persona sentada al volante en cualquier desplazamiento", finalizó el director general de Grupo Andrés.
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Créditos d: Alex Guimerà & d: Marc Perez