
Un inflado de neumáticos adecuado reduce el consumo
Viernes, 02 de mayo de 2025
Martes, 24 de junio de 2014
La combinación de neumáticos con presiones bajas y calor elevado dispara la factura de carburante una media del 7 por ciento, además de comprometer la seguridad, según Grupo Andrés. La solución es revisar las presiones de inflado cada 2 o 3 semanas. En verano es fundamental verificar la presion de inflado de los neumáticos.
Los automovilistas españoles están quemando, por término medio, 50 litros de gasolina o de gasóleo cada año por no llevar los neumáticos de sus turismos con las presiones recomendadas por el fabricante del vehículo. Son más de 775 millones de litros de carburante consumidos inútilmente, casi 1.050 millones de euros quemados cada 12 meses sin ninguna necesidad.
Los neumáticos con un inflado deficiente se deforman mucho más en cada giro, planteando una mayor resistencia al avance. Esto exige un esfuerzo extra por parte del motor y genera un desgaste prematuro en los hombros del dibujo de la banda de rodadura. Dicha deformación incrementa la temperatura de funcionamiento del conjunto y acelera el envejecimiento, debilitando su resistencia a los pinchazos y a los impactos con cualquier socavón.
Los riesgos de reventón llegan a multiplicarse por tres en todos aquellos automóviles que equipan cubiertas con presiones hasta 0,5 atmósferas por debajo de lo recomendado por el fabricante del vehículo, recuerda Grupo Andrés. La falta del aire suficiente en los neumáticos de más de 15,5 millones de turismos que se mueven por las ciudades y carreteras españolas está costando mucho dinero a los automovilistas, al tiempo que aumenta innecesariamente la contaminación.
Los cálculos realizados por Grupo Andrés indican que un turismo de tipo medio, que gasta de 6 a 7 litros a los 100 kilómetros y recorre unos 10.000 kilómetros al año, puede derrochar cerca de 50 litros cada 12 meses por llevar los neumáticos con presiones por debajo de lo recomendado por el fabricante del coche.
Ese descuido del nivel de inflado de las cubiertas cuesta supone unos 1.050 millones de euros al año en carburante a los usuarios de esos 15 millones largos de vehículos. El remedio para combatir ese derroche es muy simple: basta con revisar las presiones de inflado cada 2 o 3 semanas.
"El derroche innecesario de carburante es uno de los factores que debe animar a los automovilistas a comprobar el nivel de inflado de los neumáticos de modo sistemático", explicó el director general de Grupo Andrés, Eduardo Salazar. "Menos de 2 minutos en el taller especializado en neumáticos o en la estación de servicio ahorran hasta 50 euros de carburante cada año", señaló.
La deformación de la banda de rodadura y de los flancos de un neumático inflado con menos presión de la recomendada por el fabricante del automóvil incrementa su resistencia al avance. La mecánica debe desplegar una energía extra para mover el vehículo, elevando el consumo final hasta un 7 por ciento.
Los neumáticos con más kilómetros sobre sus lonas y con presiones más bajas son especialmente derrochadores de carburante, además de ser potencialmente más peligrosos. El envejecimiento de estas cubiertas se acelera al rodar sobre asfaltos recalentados, aumentando su vulnerabilidad a los pinchazos y a los reventones.
Eduardo Salazar subrayó que "no conviene exprimir la vida útil de los neumáticos hasta el límite". "El gasto extra de carburante y el incremento de los riesgos de pinchazo o reventón justifican el montaje de un juego nuevo de cubiertas", dijo.
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Créditos d: Alex Guimerà & d: Marc Perez