
Un marco regulador para la conducción automatizada
Sábado, 12 de julio de 2025
Martes, 07 de marzo de 2017
La empresa tecnológica Continental trabaja a toda máquina en busca de posibilidades que permitan al conductor contar con el respaldo de un chófer electrónico. La conducción altamente automatizada facilitará que de vez en cuando se desarrollen actividades no relacionadas con la conducción en recorridos por autopista, ofreciendo así al conductor tiempo de ocio al volante.
No obstante, con la legislación actual, esto es algo prácticamente imposible en todo el mundo. Continental celebra el avance realizado por los países del G7 hacia un marco jurídico único y advierte del peligro de estancarse en las normativas nacionales. Los expertos de la empresa tecnológica abogan además por una red de radiocomunicación fiable para el intercambio de datos entre los vehículos y la infraestructura, así como por reglas claras para una comunicación inequívoca entre el vehículo y el conductor en situaciones complejas de tráfico.
"El desarrollo tecnológico ulterior depende de un marco jurídico acorde con los tiempos", señaló Kurt Lehmann, CorporateTechnologyOfficer (CTO) de Continental, en relación con las disposiciones legales obsoletas. Y es que, aunque con la "Visión Zero" se persigue reducir a cero el número de víctimas mortales en accidentes de tráfico de aquí al año 2050, los temas relacionados con la utilización inteligente de los vehículos siguen sin contemplarse en los textos legales actuales. "Los accidentes son cosa del pasado. Sin embargo, esto seguirá siendo una utopía si los códigos de circulación no tienen en cuenta el uso de las tecnologías modernas o restringen las posibilidades técnicas en exceso", destacó Lehmann.
"La conducción automatizada no limita a los conductores con más confort y seguridad. Las nuevas tecnologías aumentan el atractivo de la circulación por carretera", explicó Lehmann. "Además, ampliamos los horizontes del automóvil dotándoles de un sexto sentido gracias a la interconexión en enjambre", aseguró.
Con la información sobre el tráfico procedente de otros vehículos o de la infraestructura es posible detectar a tiempo a usuarios de la vía pública ocultos por curvas o cambios de rasante. "Podría llegar a producirse una peligrosa avalancha de datos ininteligibles si otros servicios utilizasen también un canal de radiocomunicación importante dedicado a la transmisión rápida de datos de tráfico", reccalcó Lehmann. Por ello, en aras de una mayor seguridad móvil, Continental exige una pronta implementación de un ancho de banda de 5,9 GHz exclusivo para el tráfico.
También hay que garantizar que en la conducción automatizada todos tengan claro quién es el responsable en cada momento. Con las funciones parcialmente automatizadas, los malentendidos pueden acabar trágicamente en caso de duda. "Mientras los vehículos no circulen de forma autónoma y las personas, por tanto, deban asumir de nuevo el papel de conductor en un determinado momento, debería garantizarse que esto realmente sea posible", expuso Guido Meier-Arendt, experto jefe de Continental para la comunicación entre el conductor y el vehículo.
Además del trabajo que la propia empresa tecnológica desarrolla en estos escenarios de transferencia, Continental también apuesta por un marco jurídico. Su propósito es el de garantizar que obligatoriamente se informe al conductor por medio de, al menos, dos de sus sentidos (por ejemplo, la vista y el oído) en caso de que deba retomar la actividad de conducción de forma inminente. Para poder informarle a tiempo durante la conducción automatizada, la electrónica del vehículo debe saber cuál es el estado actual del conductor. Según la actividad que esté desarrollando, incluso aunque no esté relacionada con la conducción, es posible ajustar la comunicación con el conductor de forma que esté en condiciones de retomar el control del vehículo a tiempo.
Las ciudades también deben prepararse para la automatización a largo plazo. "Los vehículos inteligentes interactúan mejor con señales de tráfico inteligentes", apuntó Lehmann. Mediante el intercambio de datos con los vehículos, la regulación de semáforos smart, por ejemplo, será capaz de adaptarse a la densidad del tráfico. "Una vez que la infraestructura de red se comunique con los vehículos, el atolladero digital que supone la infraestructura urbana se convertirá en una autopista de datos que ofrecerá más seguridad, más confort y, por si fuera poco, menos emisiones", dijo.
El rápido desarrollo a nivel mundial de tecnologías automatizadas para el tráfico conlleva siempre tareas apremiantes para el poder legislativo. Definir las responsabilidades, crear estructuras modernas y autorizar productos probados son los últimos obstáculos que ha de vencer la conducción automatizada.
Tan pronto como a escala internacional se elabore un fundamento jurídico claro e inequívoco que sea aplicable en cada uno de los ordenamientos jurídicos nacionales, los conductores podrán disfrutar sin más demoras de las nuevas funciones. Según se prevé, la conducción totalmente automatizada se implantará a partir del año 2025, lo que permitirá a los conductores dejar el control total del volante en manos del sistema cuando así lo deseen, por ejemplo, en recorridos por autopista.
© Canal Neumático | Aviso legal | Política de privacidad | Política de cookies
Créditos d: Alex Guimerà & d: Marc Perez